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From: RAHMA ES AMAR rahmaesamar@speedy.com.pe
LA MUERTE NO EXISTE
Sixto
Paz
?Qué
es la vida, un frenesí. Qué es la vida, una ilusión; Una
sombra, una ficción. Que el mayor bien es pequeño, Que
toda la vida es sueño. Y los sueños, sueños son?
(Calderón
de la Barca)
Un
hermoso bebé robusto ha fallecido en su cuna. Se ahogó mientras
dormía con su propio vómito. Una anciana fenece dulcemente en su
casa a una edad avanzada, y con una dulce sonrisa, mientras sus
parientes agolpados a su alrededor contemplan su último suspiro. Un
joven regresa de su fiesta de graduación la cual ha disfrutado
enormemente al lado de sus compañeros, y la moto en que viaja se
sale de la carretera al evitar a un camión que irresponsablemente
trataba de adelantar a otro en una curva. Su muerte fue producto de
los golpes, violento y rápido. En un hotel, un alto ejecutivo que se
encontraba solo en la ciudad para un asunto de negocios, sufre de un
repentino infarto, que lo deja sin vida después de breves minutos de
un desgarrador dolor en el pecho. Una joven adolescente expira luego
de una larga y penosa enfermedad que la había postrado en cama,
consumiendo lentamente la mayor parte de su corta existencia. Un
hombre deja una breve nota sobre su escritorio, y toma entre sus
manos un arma adquirida por razones de seguridad, tiempo antes.
Apuntando hacia su boca, jala el gatillo y se suicida luego de una
imprevista quiebra financiera. Una hermosa joven mujer abandona el
consultorio de su médico con una gran sonrisa, sabe que está
esperando un bebé. Camina envuelta en sus pensamientos, que la
trasladan hacia su esposo, que la ama, y que la verá más tarde ni
bien llegue de la oficina; pero esto se ve interrumpido cuando ella
muere asesinada en el estacionamiento por una bala disparada por un
delincuente.
En
la vorágine de acontecimientos que se dan en nuestra vida y
alrededor de ella, hay veces que percibimos sutilmente la existencia
de un Plan que lo tiene todo previsto. Y sin embargo, en otras
ocasiones, pareciera que estamos sometidos a las inclemencias de la
casualidad; a la acción desordenada de fuerzas que juegan con
nosotros como un humilde pedazo de madera arrastrado por las
poderosas corrientes de un río caudaloso contra el cual no podemos
oponernos.
Sin
embargo, ciertamente que hay un destino, una programación o acuerdo
previo antes de nacer, en el que se nos compromete o nos
comprometemos voluntariamente a hacer tal o cual cosa en la vida
material; a lograr tal o cual objetivo o meta. O por lo menos
intentarlo.
Todo
cuanto se le asigna al individuo o se permite que le ocurra, aún lo
más violento, está dispuesto para ayudarlo en su superación.
Precisamente dependiendo de cómo enfrente la vida y las
dificultades, ó como haga uso de las facilidades que se le
presenten dependerá su avance y crecimiento espiritual. En éste
sentido la Muerte es sinónimo de cambio en un universo dinámico de
transformación continua. La muerte no existe realmente como el final
último de la vida, porque es simplemente un paso más, un cambio de
traje, una iniciación a manera de investidura.
El
ser humano en la vida es como un actor en una obra teatral, una vez
que finaliza, el actor marca la distancia entre el personaje que le
tocó vivenciar, y su individualidad como actor. No podemos
identificarnos demasiado con el personaje, porque es meramente útil
y transitorio. Y a un papel, le sigue otro y otro. En otro ejemplo
la Muerte es como el examen final del curso escolar. Si uno ha
estudiado, será algo fácil, sencillo, y nada complicado; tendrá unas
lindas vacaciones y estará mejor preparado para el próximo año. Pero
si uno no estudió durante el periodo que correspondía, saldrá
desaprobado y tendrá que repetir el grado.
Ante
la pregunta ¿por qué hay que morir? primero tendríamos que
preguntarnos: ¿Por qué y para qué vivimos? Y si todo es aprendizaje
¿Un aprendizaje de qué y hacia qué? ¿Por qué al concebir nuestros
padres fuimos nosotros los que llegamos y no otro? ¿Elegimos o
fuimos elegidos? ¿Somos el producto del azar o de un destino
predeterminado? ¿Cuál es el propósito de la vida más allá de la
supervivencia de la especie? Buscando respuestas, tendríamos que
hacer una inmersión dentro de cada uno donde esta toda la sabiduría
acumulada.
Por
lo mismo que somos creados, tenemos la capacidad de crear. Si uno no
tuviese la oportunidad de llegar a conocer la esencia divina que hay
dentro de cada cual, no podríamos llegar a conocer a Dios y sería un
inútil camino sin regreso a casa. Por ello, hemos venido a conocer y
a ser conocidos, que es lo mismo que decir que hay que
recordar.
Si
uno no muriese, si no tuviéramos un plazo, no valoraríamos la
oportunidad que nos concede la vida para llegar a darle su justo
valor a las cosas. Y es que todo tiene un tiempo y un margen para
ser realizado. Cada plazo, como cada vida, es una oportunidad de
realizarlo de tal o cual manera; experimentando y perfeccionamiento.
Es un juego cósmico de alternativas, en dónde vamos ensayando
diversas formas. Una aventura de crecimiento.
¿Pero
somos acaso el juguete de alguien? ?De ninguna manera, nadie
está jugando con nosotros. Somos el producto de un acto de amor, no
sólo de nuestros padres, sino de la vida misma. Nadie quiere nuestro
sufrimiento, ni hemos nacido para sufrir, sino para aprender y
crecer en conciencia. Es cada uno el que tiene que aprender a jugar
sin trampas, disponiendo adecuadamente su propio juego,
jugarlo y disfrutarlo.
Decidiendo sobre
nuestra vida.
¿Hemos
tenido alguna participación en la decisión sobre nuestros
nacimientos y sobre lo que será nuestra vida? ?El orden de la
energía en el universo apunta hacia la existencia y la perfección
por la experimentación continua a través de las formas. A mayor
conciencia mayor injerencia en la organización de nuestra aventura
de vida y muerte, de nacimiento y renacimiento. Al principio uno no
tiene la capacidad ni la posibilidad de decidir, porque es como el
niño que es enviado por sus padres al colegio. Lo envían,
considerando que es lo mejor para él, sin siquiera haberle
consultado su parecer, por cuanto ellos saben que esa educación le
permitirá algún día tener la capacidad de optar por sí mismo,
el cómo enfrentara las siguientes etapas. Así cuando éste niño
crece, y llega a la adolescencia y a la juventud, se le debe ir
dando un margen cada vez mayor como para que pueda decidir por
el mismo su futuro.
Los
?Señores del Karma? ó ?Guardianes del Destino? (que son unas
entidades espirituales que rigen los nacimientos y encarnaciones),
son los que asumen la condición de nuestros padres espirituales,
dictaminando las circunstancias en las que vendremos a la vida,
hasta que nuestro avance evolutivo nos permita negociar o decidir
las condiciones de cada existencia.
A
mayor avance evolutivos mayores serán nuestras posibilidades de
intervenir en la programación de nuestras existencias.
La
vida es una experimentación. Si uno sale reprobado en tal o cual
aspecto o curso -por así decirlo-, deberá repetirlo hasta que lo
supere. Pero no es un castigo, sino una nueva
oportunidad.
Es
cierto que existe una Ley de Causa-efecto, que hace que uno viva en
carne propia las consecuencias de sus actuaciones buenas o
desacertadas; pero el propósito no es hacer sufrir a nadie sino el
crecer en conciencia.
Todos
tenemos que pasar por todas las experiencias humanas, de tal manera
que en una vida seremos hombres y en otra mujeres (porque el
espíritu no tiene sexo); en alguna seremos pobres y en otras ricos;
en alguna sanos y en otra enfermos; y así todas las posibilidades
para que aprendamos a ser solidarios unos con otros.
Una hora marcada
para Morir.
Todos
tenemos un destino, que es parte de la programación que dispone
cuando naces y cuando te vas. Pero se puede modificar. Todo puede
variar dependiendo del nivel de conciencia que desarrolles y de cómo
enfrentes la vida. Por ejemplo: un suicida puede morir antes de la
fecha que estaba prevista, renunciando con ello a la oportunidad que
le daba la vida para crecer y evolucionar. Esto es, que no estaba
previsto que se suicidara. Esa fue su opción.
Y
lo más seguro es que lo hiciera mucho tiempo antes de la fecha que
se había dispuesto para su partida. Otro ejemplo: una persona que
esta tratando de cambiar y de ser mejor, ó alguien muy comprometido
con el amor y el servicio a los demás, llega a morir. Pero en
el momento del tránsito ve asomarse a través de un túnel de luz, a
un ser celestial o a un pariente que le inspira confianza, que le
hace saber que se le va a prolongar el plazo, terminando
por vivir unos años más por cuanto lo estaba haciendo bien. En ese
mismo momento, la persona increíblemente es recuperada por los
médicos, que ya la daban por perdida.
No
hay nada definitivo. Por eso es que existe libre albedrío, para
demorarnos más o menos en hacer lo que debemos hacer, creciendo y
madurando en conciencia.
Pero ¿a qué podría
deberse el gran temor que se le tiene a la muerte?
A
la ignorancia y al olvido del que somos víctimas, por haber olvidado
las leyes universales, entre ellas la de Causa-efecto, y también
nuestro proceso individual. Por ello es importante que nos
esforcemos en profundizar el autoconocimiento, y con ello recordemos
que la muerte es una vieja conocida, y amiga, no enemiga, de la que
hemos aprendido mucho y muchas veces.
No
hay nada que temer... Nada llega antes si uno no lo busca. Pero si
nos comprometemos en darle sentido a la vida, nuestra labor no será
desaprovechada por las jerarquías superiores, y durará todo lo
necesario para cumplir su objetivo que es nuestra realización
progresiva.
La
Muerte es como el examen a final de curso. Si uno ha
estudiado, será algo fácil, sencillo, nada complicado, tendremos
unas lindas vacaciones y estaremos mejor preparados para el próximo
año. Pero si uno no estudió durante el periodo que correspondía, lo
más seguro es que saldrá desaprobado y tendrá que repetir el
grado.
Como
el tiempo realmente no existe y más bien está sujeto a formas
mentales, dependiendo de la dimensión de conciencia que se ha venido
obteniendo producto de la mejor o peor respuesta que hemos
dado a los estímulos externos e internos, una mayor o menor
vibración es interpretada por los Guardianes del Destino, como
base para establecer el tiempo de vida de alguien, el espacio de
vida temporal necesarios para que transcurran y se den las
circunstancias adecuadas como para que dicha persona pueda crear a
su alrededor la ambientación propicia para conocerse a
sí misma y superarse.
Si
la persona no se da ella misma la oportunidad, y más bien la
desaprovecha, tendrá que volver una y otra vez bajo circunstancias
similares, pero quizás cada vez tenga menos tiempo para lograr lo
mismo; o se le exija más en períodos más cortos.
No
depende de la cantidad de años el valor de una existencia, sino de
la calidad y riqueza de dicha existencia. La existencia es tanto más
valiosa, cuanto más útil sea para los demás.
Todo
en la vida es dual, y depende cómo uno la enfrente para que se
oriente hacia lo constructivo o lo destructivo. Todo en la vida es
una cuestión de actitud. Lo que para una persona pueden ser grandes
trabas y limitaciones para otro puede ser un reto o una gran
oportunidad parta desarrollar sus capacidades.
Si
bien es cierto que todo depende de la actitud frente a las cosas, no
podemos negar algo que es un hecho en el universo: la ley de Causa y
Efecto. Esta ley nos enseña que por cada acto, palabra o pensamiento
positivo o negativo generaremos una reacción alrededor nuestro, que
en su momento se manifestará como consecuencia. Esto es lo mismo que
decir: ?uno cosecha lo que siembra, tanto en ésta como en las demás
existencias?... Por eso en vuestras escrituras sagradas se dice:
?Has con otros cómo quisieras que hicieran contigo, y no hagas a
otros lo que no quieras que hagan contigo?.
Tomemos
como analogía una escuela. Hay ocasiones que en determinado
curso coincidimos en el mismo salón de clases con determinados
alumnos como compañeros o compañeras, y con tal o cual profesor. Eso
no es producto de la casualidad. Se puede explicar de muchas formas,
como por ejemplo: que proceden de un mismo estrato social y
económico; que son vecinos o viven en una zona adyacente; que
ingresaron en la misma época a esa casa de estudios; o que
comparten afinidad de intereses; o que están siguiendo la misma
carrera para realizar lo mismo en la vida, etc.
Así
como el destino o karma debe entenderse como un proceso de
aprendizaje, así también la enseñanza nos dice que no existe
posibilidad de crecer internamente sino es a través de los
demás.
Cada
persona a nuestro alrededor, tanto más cercana o más lejana es como
un maestro para vosotros, tanto de lo bueno como de lo malo. Debemos
estar atentos para extraer la mejor enseñanza de nuestras relaciones
humanas.
Debemos
de estar abiertos a aprender de todo y de todos, pero sin que esto
signifique darles oportunidad a los demás como para que nos hagan
daño. Nuestros parientes no están a nuestro alrededor para
perjudicarnos o para hacernos la vida imposible, sino para
fortalecernos y a la vez para crecer juntos; superándonos cada día.
Nadie está a nuestro lado para estorbarlos sino para que aprendamos
de ella y a la vez le enseñemos.
Cuanto
más tratemos de huir de ciertas responsabilidades más veces
volveremos a ellas. Nada ha sido dejado al azar, por algo estamos
donde estamos; en el lugar y con las personas con las que
convivimos, y convenimos previamente. Tratemos de aprovechar esa
oportunidad descubriendo el por qué de todo ello; y haciendo lo que
se espera de nosotros. Porque nada es para siempre, y cada situación
es una oportunidad de crecimiento que no debe ser desaprovechada. No
esperemos perder a nadie para empezar a valorarlo o para valorar a
todos los demás que a están a nuestro alrededor.
Todo
está sujeto como dijimos, a un destino, a un plan de vida. Como nada
está dejado al azar ni es inamovible, debemos modificarlo sobre la
base de una fuerza de voluntad firme y mediante una conciencia
despierta.
Somos
la consecuencia de nuestras vidas pasadas, sujetos a un largo
proceso de aprendizaje y crecimiento evolutivo.
El
destino es el programa de actividades existenciales previstas para
el desarrollo y avance evolutivo del ser. Existe para nuestro
beneficio y no para perjuicio de nadie.
La
intención del destino no es otra que la de hacer que
todos tengan un mismo punto inicial de partida, y que
puedan alcanzar una trascendencia futura basándose en el
esfuerzo individual, y al ritmo que cada uno aplique.
Quienes
se encargan de establecerlo y hacerlo cumplir son como dijimos
antes, los llamados ?Guardianes del Destino? (Señores del Karma).
Ellos al igual que el director de un colegio, tienen elaborado el
programa de cursos (un sistema curricular) y actividades a
desarrollarse según el grado escolar de cada cual.
Cuanto
mayor sea nuestra edad evolutiva, que es lo mismo que decir a mayor
madurez y conciencia a lo largo de las distintas existencias, tanto
mayor margen como para escoger las condiciones de cada nuevo
nacimiento y de lo que será cada existencia futura.
El
destino establece el período de duración del proceso por el cual el
individuo puede realizar el aprendizaje relativo a la presente
existencia. Esto no quiere decir que la persona no pueda morir antes
de esa fecha o después de esa fecha, porque el destino reiteramos no
es algo inamovible. Por ejemplo: si al final de una vida de
realizaciones personales al servicio de otros, como puede ser
también su propia familia, la persona no había acabado con la
misión asignada, pero estaba a punto de lograrlo, se le puede dar
una ampliación de plazo, o otorgarle una existencia breve bajo
condiciones muy similares, para culminar lo comenzado.
En
el primer caso, la persona viviría lo que se ha denominado: ?Una
experiencia de Vida después de la Vida?. Y aquel ser de luz al final
del túnel observado durante el trauma del desprendimiento, y que
muchos identifican con Jesús o con un ángel ó con familiares, no
sería otro que alguno de los Guardianes, esperándolo a uno para
recibirlo o darle indicaciones. En el segundo caso, podría tener una
nueva vida, pero breve e intensa.
Con
respecto a la cantidad de años que uno vivirá, esto es muy relativo
porque bien sabemos que no depende de la cantidad sino de la calidad
en la vida para hacer más o mejores cosas por uno y por los demás,
que puede extender o reducir el período de aprendizaje. Pero según
el caso podría deberse a la cantidad de tiempo pendiente de vidas
pasadas o a la necesidad de mayores oportunidades de compartir con
otros, las cuales no debemos desaprovechar.
En
cuanto al tiempo que uno se demora para encarnar entre una
existencia y otra, esta se mide más o menos, por la misma
cantidad de años que vivió; o sino hasta un margen de
doscientos años entre una vida y otra. Aunque en la actualidad por
la sobrepoblación mundial y los requerimientos evolutivos
planetarios, mucha gente se demora muy poco tiempo para volver;
volviendo algunos a encarnar al año de haberse ido.
Supongamos
un ejemplo: un joven se suicidó a los veinte años por una fuerte
depresión, pero él iba a vivir según su destino cincuenta años. Ese
era el tiempo asignado como para que su vida incluyera ciertos
viajes y experiencias de compartir con mucha gente; pero todo ello
se frustró. Esa persona tendrá que aguardar los treinta años que le
faltó vivir en una dimensión frontera con el mundo físico, que es el
llamado: ?Bajo Astral?. Y cuando vuelva a encarnar, vivirá sólo los
treinta años que tenía pendientes.
Eso
explicaría el por qué hay gente que muere al rato de haber nacido o
al año, o de forma súbita. Hay gente que se suicida lentamente a
través del alcohol, las drogas, el tabaco, y el consumo de todo tipo
de estimulantes. Esa gente puede estar falleciendo un año, un mes o
un día antes de la fecha prevista inicialmente; y ese sería el
pendiente que tendría que vivir después, ósea la diferencia
restante.
Pero
a pesar de que el proceso de evolución es personal e
intransferible, nos afectan los procesos individuales de
los otros, porque el ser humano evoluciona interactuando con los
demás. No hay evolución aislada. Y están dispuestas las cosas como
para que no sólo evolucionemos en función de cómo enfrentamos las
circunstancias que nos afectan directamente, sino que también las
que lo hagan indirectamente, a través de los más cercanos
a nosotros.
Recordemos
que parte importante del proceso evolutivo es cuando dejamos que el
amor nos afecte a través de la solidaridad, la caridad y la
compasión. Y recordemos también que cuando alguien a nuestro
alrededor fallece, no debemos permitir que lo mejor de nosotros
muera con esa persona, sino que lo mejor de esa persona viva con
nosotros y nos inspire para seguir adelante. Que nuestra vida sea el
mejor homenaje al recuerdo de quienes nos precedieron.
Sixto Paz Wells
LA
MUERTE NO
EXISTE
Nacer es morir y Morir es nacer
Todos los dias a las cuatro de la tarde
era la hora de visita en el Hospital. Mi hijo David, mi esposa y yo
nunca faltábamos a la cita. A las cuatro en punto encaminábamos el
pasillo que nos conducía a la habitación de la abuela Telesfora.
Estaba prohibido pero cada día la llevábamos alguna golosina
que ella se encargaba de consumir sin que fuera vista
por las enfermeras. Mi abuela era una señora muy alegre que
padecía una enfermedad tumoral desde hacía varios años. Dos veces la
dieron los Santos Oleos, pues otra cosa no tendria, pero su fe
católica........ no se la quitaba nadie. El capellán la visitaba
frecuentemente y ya eran muy amigos. Los médicos no sabian que
hacer con ella, pues la ciencia no tenia nada nuevo que decir sobre
su enfermedad."
- Moriré cuando Dios quiera, y no cuando
digan los médicos, " decia ella muy convencida.
- ¡Muy bien abuela, así me gusta, el
ánimo que no decaiga!
Y....... cuando nadie se lo esperaba,
pues el dia anterior se encontró muy alegre y a gusto, me llaman al
trabajo que la abuela había fallecido. Una lágrima recorrió mi
mejilla, pues se juntaban dos cosas: dolor por su pérdida, y alegría
porque ya dejaría de sufrir. Dejo el trabajo y sorteando atascos me
presento en el Hospital, donde me encuentro con otros familiares,
pues la abuela era muy querida y nunca estuvo sola.
David lo sintió mucho más. Lloró
amargamente la muerte de su abuela y no quería que nadie le
consolara.
Por la noche vino el interrogatorio. No
quería que le contara ningún cuento. No estaba para cuentos.
- Papá, ¿porqué se ha muerto la
abuela?
- Ya no volverá, ¿verdad?
- ¿Estará en el Cielo?
- ¿Porqué nos tenemos que morir? Yo no me
quiero morir.
- ¿La cuidará alguien en el Cielo?,
estaba muy malita.
- Habría sido mejor que hubiera muerto
después de curarse.
- ¿Hay médicos en el Cielo?
- ¿se ha llevado las medicinas?
- A ver si no van a saber lo que
tiene y se pone peor.
- Allí no podremos ir a verla,
¿verdad?
- ¡Bueno, bueno, bueno!, ¡para,
para hijo!. No me preguntes tantas cosas a la vez. Ya se me ha
olvidado la primera pregunta.
iAh! sí, que porqué se murió
la abuela.
- Mira, hijo, la abuela y todos los
que mueren, lo hacen porque llega un momento en que han terminado
las cosas que tienen que hacer en esta vida. Además a la abuela ya
no le servia el cuerpo que tenia pues estaba enfermo, y ella estaba
cansada. De vez en cuando hay que ir a descansar a otra dimensión
para preparar el siguiente programa para la siguiente encarnación.
La abuela no ha muerto, simplemente ha cambiado de trabajo.
¿Recuerdas el otro dia que estuvimos en el campo y vimos la camisa
de una culebra? ¿Recuerdas lo que te dije?
- Si, que la culebra había cambiado la
piel, o sea la envoltura externa. La culebra seguía viviendo, pero
dejó en el campo su camisa.
- Muy bien, hijo.
- Digamos que el Cuerpo de la
abuela es la camisa y el Alma o Espíritu es la abuela Telesfora. La
abuela sigue viviendo, simplemente dejó la camisa en esta dimensión
y ella se encuentra vivita y coleando en otra dimensión. Nosotros no
la podemos ver, pero ella a nosotros si. Seguramente está cerca de
nosotros en este momento y no la percibimos.
Mira, te contaré un sueño que tuve hace
muchos años cuando tenía las mismas dudas que tu, mi papá no me daba
contestaciones que me convencieran demasiado.
Recuerdo que en ese sueño enfermé y
morí; pero no era cierto, estaba vivo, paseaba por las habitaciones,
traspasaba los tabiques y los techos, podía volar. Era fantástico,
no me dolía nada, me sentía muy a gusto, era feliz.
Podía ver a la gente, pero ellos no me
veían, podía pasear con la gente, pero ellos no sentían mi
presencia. Sin embargo lo que veía era muy real. Era tan real como
la vida misma. Vi un señor con barba y bigote y sentí la tentación
de tirarle de la perilla, pero no podía, mis manos se metían dentro
de su cabeza y él ni se enteraba. Sentí la tentación de tocarle los
pechos a una guapa señorita, pero la sensación era como si tocara al
aire. Podía pasar a través de los cuerpos.
- Papá, pero qué golfo eres. Con que
tocándole los pechos a las señoritas ... Se lo voy a decir a mamá.
- Oye, lo que te estoy contando es un
secreto entre tú y yo, si se lo vas a contar a mamá, no sigo.
- Bueno, sigue, no se lo contaré. Pero
eres un golfillo.
- ¿Ves? - Ya no sé por donde iba.
- Que podías pasar a través de los
cuerpos.
- ¡Ah!, si. Pues mira, me encontré con
otras personas que estaban en la misma situación que yo y nos
pusimos a jugar. En un instante cruzábamos los mares, subíamos a las
montañas, nos metíamos a los cines sin pagar, era muy divertido.
Recorrimos casi todo el planeta en un instante.
No estábamos sujetos al tiempo ni al
espacio, era fantástico. Era una sensación maravillosa. Sin embargo
llegó un momento en el que sentí que debía cruzar este lugar, esta
situación, este estado de consciencia para encaminarme hacia otro
lugar, sentí como si alguien me acompañara y me dijera que ya estaba
bien de jugar, que le siguiera. Así lo hice y me acompañó a
otro lugar en otra dimensión.
- ¿Cómo era ese lugar?, dice David.
- Al dejar la anterior situación,
la sensación es que pasas a otro mundo. Un mundo de Luz. Una luz
indescriptible. Es una luz cálida, amorosa, potente. No daña a los
ojos. Pero lo más hermoso es que al llegar, eres recibido por
entidades que tú conoces y que han sido importantes en tu vida. Han
sido muy queridas. Me encontré allí con mi padre, familiares y
amigos y otras personas que no conocía, pero que también me
transmitían mucho amor. Tu, David, no sabes qué es un orgasmo, pero
para los que lo que si lo saben les diré que era como un orgasmo
contínuo de Amor Celestial. Algo para lo que nuestros idiomas no
tienen palabras. Simplemente indescriptible.
- Espera, papá, ¿Qué es un orgasmo?
- Te he dicho que no me lo preguntes.
- No me lo has dicho.
- David, ¿quieres que continue con el cuento o no?
- Está bien, papá, continua.
Mira, hijo, tu ¿te imaginas un mundo en
el que todo es amor?
- No.
- Pues ese lugar al que vamos después de
morir, es así. Luz y Amor. Allí nadie te juzga. Todos te quieren con
locura. El dia que llegas se hace una Gran Fiesta en la que se
celebra el regreso del Hijo a Casa.
¿Te ha gustado?
- Si. Mucho. Oye, y??
- ¿Allí estará la abuelita?
- Con toda seguridad.
- Bueno, pues ya me quedo más tranquilo.
Y ... papá, donde está la abuelita ¿Qué
se hace?
- Pues, eso no me lo mostraron, pero
estoy seguro que se estudia, se juega, se descansa y se prepara la
siguiente encarnación.
- Bueno, hijo, mañana más.
- Mañana me contarás eso del
orgasmo?
- ¡ A dormir y callar!.
- Un beso
- Hasta mañana papá
- Que descanse, hijo.
Onirem
Ogaitnas
Recuerda
(Por Julio Andrés Pagano)
Tu corazón está abierto y vibra
en la luz del amor.
Siente cada palabra. Este mensaje es orientado por la
divina fuerza de los seres que aún no ves, pero sabes que te
sienten, te aman y te escuchan. Su luz recorrerá tu interior para
aumentar tu confianza. Eres un reluciente espíritu que vehiculiza la
frecuencia del amor. Vives una experiencia humana que te permite
evolucionar despertando corazones. Estás aquí para brillar y así
anunciar que comenzó la era luminosa. Bella es tu tarea.
Recuerda
La vibración que emana cada una de estas líneas
conmoverá tu corazón. Su energía tiene la gracia de hacer que tus
ojos trasciendan la ilusión. Estás de paso. No lo olvides. Tu
estadía en la Tierra es temporal. El verdadero desafío consiste,
ahora, en no renunciar a la pureza de tu alma. Son pocos los pasos
que restan, pero muy intensos y desgastantes. Confía. Todo pasa.
Retornaste para inspirar, transformar y liberar. No temas. Te
auxilian. No eres el único al que le gustaría tener un
libro de instrucciones al cual ajustarse para evitar caer en el
juego de las dudas y los miedos que propone la mente. Estás bien
encaminado. No te preocupes. Pase lo que pase, conduce tu mirada
hacia tu diáfano cielo interno. Tu corazón te habla. Escúchalo. No
dejes que te aplaque la densidad de quienes optan por vivir en la
esclavitud de la inconsciencia. Tu verdadera esencia es luz.
Hay veces que sientes que tu firmeza tambalea ante la
falta de certezas. Es ahí cuando más aflora la necesidad de contar
con un guión que permita desterrar los cuestionamientos. No existen
mapas que señalicen tu camino. Lo sabes. Los alineamientos no son
físicos, laten en tu interior. Así fue acordado para desarrollar
habilidades que potencien la magia de tu vuelo dorado. Persiste.
Puedes. Somos peregrinos. No hay cansancio capaz de
marchitarte.
No te preocupes por la magnitud del caos, es
sólo transformación. El cambio es una realidad que todo tu Ser
aplaude. Gracias por la luz de tu permanente entrega. Humanizar es
una labor profunda, que requiere de una cristalina cuota de valentía
y compasión. Tus acciones se sienten, no se cuantifican. Estás
acompañado, pulsa bajo el fulgor del amor. Maestro eres, tu
presencia ilumina. Te abrazan. Te honran. Este es tu momento.
Recuerda.
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